Saltar el contenido
Bottega Bianchin, tutto cominciò in un antico forno a legna nel lontano 1955.

Bottega Bianchin, todo empezó en un antiguo horno de leña allá por 1955.

Bottega Bianchin es sinónimo de bondad y calidad desde el siglo pasado. Una tradición familiar que desafía la homologación del gusto con nuevos estímulos y texturas olfativas. Un horno artesanal tradicional, donde la experta habilidad manual de los maestros panaderos se une a la experimentación. Un hervidero de ideas y sabores teñidos de historia y tradición. 

Todo empezó en el otoño de 1955, cuando Alfredo y Augusta iniciaron con ilusión y dedicación la profesión de panadero en Fonte, un pequeño pueblo de la provincia de Treviso. Con el paso de los años, el negocio creció y la repostería se convirtió en el negocio familiar, involucrando activamente a los niños. En 1986 se produjo el punto de inflexión: se reabrió el antiguo “horno de leña Asolo”. La calidad y autenticidad de los productos tiene un eco extraordinario en los valles de Asolo y pronto le seguirán otros puntos de venta de la zona. El éxito creciente generó la necesidad de una mayor capacidad de producción y en 2004 la actividad se trasladó a la fábrica Paderno del Grappa, una superficie total de 900 m2, donde un enorme horno todavía produce pan de leña, como desde tradición antigua.

 

Con la capacidad de producción crece también la gama de productos: la sede de Paderno está dotada de un Área de Investigación y Desarrollo, Formación y Educación, donde se estudian nuevas recetas y se realizan investigaciones continuas en el campo de las intolerancias.

 

"Productos de panadería auténticos elaborados con pasión y respetando las tradiciones".

 

El éxito de Bottega Bianchin es una combinación de factores: alta calidad de las materias primas, respeto por la tradición, amplia gama de productos que responden a las necesidades del mercado y muchísimo compromiso diario de toda la familia. El deseo es permanecer vinculado al territorio ofreciendo productos innovadores, que sepan reinterpretar la tradición, como el panettone "clásico" revisitado. Un ejemplo del nivel de excelencia e innovación alcanzado en los últimos años. Las pasas se unen a la grappa, la harina se une a los huevos. La larga fermentación da una masa suave. 

La respuesta de Bottega Bianchin es sólo una: el Panettone del Grappa. El panettone de grappa es un símbolo de la excelencia veneciana, un cantante de una historia, un pintor de lugares donde transcurrió la historia de Italia. Un producto excelente, con mucho que contar.

Una historia que comienza en las cumbres nevadas del Véneto, allá arriba, en el Monte Grappa, el macizo que domina silenciosamente la región. “Monte Grappa, eres mi patria”, cantan los Alpini. Y de aquí nació la idea: crear un producto impregnado de tradición, que se abre en un corazón embriagador. El fuerte sabor de la grappa se une al azúcar a través de una pasta suave interrumpida por la textura de las pasas. Las pasas permanecen en remojo en grappa durante cuatro días. 

El fuerte aroma del destilado se combina con el dulzor de los frutos secos, dando vida a un producto único y de sabor refinado. La fermentación es particularmente larga y es necesario esperar para obtener los mejores resultados. Como una fruta, el panettone de Grappa madura: suave, embriagador y extremadamente fragante. Un regalo curioso para quienes deciden sorprender. Un regalo especial para aquellos que quieren sorprender. Una nueva receta que, como toda la línea de productos horneados, Bottega Bianchin ofrece fruto de una investigación constante. 

 

Artículo anterior Il Mulino di Zoppola: El arte de la elaboración artesanal de licores Risorgimento 5
Artículo siguiente Mulino Terrevive, una mezcla de pasión, tradición e innovación.